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jueves, 11 de septiembre de 2025

Harto y saturado

 

¿Que misterioso enigma

envuelve los recuerdos

que el silencio no ahuyenta?

...Solo tu voz afronta desafíos

a los descuidos que interrumpen

mi monologo soñoliento,

desbordado 

de tantas dudas repetidas.

Díaz Casares 



Análisis del poema de Díaz Casares El poema de Díaz Casares evoca una profunda sensación de introspección y la persistencia ineludible de los recuerdos. A través de un lenguaje que sugiere melancolía y una búsqueda interna, el autor plantea un "misterioso enigma" que reside en la naturaleza de la memoria, aquella que ni siquiera el silencio es capaz de disipar. Esto sugiere que hay ciertos recuerdos, quizás dolorosos o recurrentes, que permanecen arraigados en la conciencia, más allá de cualquier intento de olvido o supresión. La aparición de una "voz" en el poema es un elemento crucial. Esta voz se presenta como la única capaz de "afrontar desafíos" y de romper con los "descuidos que interrumpen" un "monólogo soñoliento". Esto puede interpretarse como la llegada de una influencia externa, una persona, una idea o incluso una revelación interna, que es capaz de sacudir al yo lírico de un estado de letargo o resignación. El "monólogo soñoliento" y las "dudas repetidas" reflejan un estado de agotamiento mental y emocional, una mente saturada por pensamientos recurrentes y sin resolver.En esencia, el poema evoca:• La inmutabilidad de ciertos recuerdos: La idea de que hay memorias tan arraigadas que no pueden ser silenciadas o ahuyentadas.• La búsqueda de una interrupción o solución: La necesidad de una fuerza externa o interna (la "voz") que rompa con un ciclo de pensamientos repetitivos y agotadores.•Melancolía y hastío: El tono general sugiere un cansancio ante la carga de los recuerdos y las dudas.• Introspección y reflexión sobre la memoria: Una meditación sobre cómo los recuerdos afectan la psique y la dificultad de liberarse de ellos. La voz, en este contexto, no solo interrumpe, sino que también ofrece una confrontación necesaria a esos "descuidos" o a esa pasividad que el yo lírico ha mantenido. Es un llamado a la acción o a la claridad, un despertar de un estado de saturación y duda.




miércoles, 10 de septiembre de 2025

Retos nuevos,

 

Siempre el tiempo

afirma el límite vivido 

por los humanos.

Sin demora, 

llegan horas no envueltas 

en disturbios pasados.

Horas que vienen

con retos nuevos,

marcando sin pausa

lo hecho, en las galerías

sin nombre de la mente,

donde perduran

con su carga, los recuerdos.

Díaz Casares 



El poema reflexiona sobre la **naturaleza cíclica del tiempo y la memoria**. Transmite la idea de que nuestras experiencias, especialmente las más intensas ("vividas al límite"), no desaparecen, sino que el tiempo se encarga de traerlas de vuelta.


Los versos sugieren que el pasado, con sus "disturbios", es validado por momentos presentes que nos enfrentan a "retos nuevos". Esto crea una conexión ininterrumpida entre lo que fuimos y lo que somos.


Finalmente, el poema concluye que todo lo que hemos hecho y vivido se almacena en los rincones de nuestra mente. Allí, los recuerdos persisten, a veces dolorosamente ("adolecen"), iluminándose solo de forma ocasional ("esporádica luz"), recordándonos que el pasado siempre forma parte de nosotros.




Utilidad y razon

 

No me llegan palabras

ni me vienen gestos 

que ayuden a retomar 

las contiendas diarias,

de este vivir disperso 

que asola 

mi presencia humana.

Sin desearlo, 

me desbordan 

las retoricas que inundan

de ingenuas mezcolanzas 

faltas de ingenio, 

desprovistas 

de utilidad y razon,

el devenir de los días 

esperados y efímeros.

Díaz Casares 

El poema de Díaz Casares transmite una profunda sensación de agotamiento, frustración y alienación frente a la vida cotidiana y el discurso social.

Aquí tienes un desglose de lo que comunica:

Sentimiento de Bloqueo y Desconexión

El inicio del poema ("No me llegan palabras / ni me vienen gestos") establece un estado de parálisis o bloqueo. El yo lírico se siente incapaz de encontrar los medios (palabras o acciones) necesarios para enfrentar y reanudar las "contiendas diarias" (los desafíos, luchas o rutinas de la vida).

 * La vida se percibe como algo "disperso," lo que sugiere falta de foco, desorden o una existencia fragmentada.

 * Esta dispersión "asola / mi presencia humana," indicando que este modo de vivir erosiona, debilita o anula su esencia o identidad.

Rechazo a la Retórica Vacía

El segundo gran tema es el rechazo y la aversión a un tipo de comunicación o pensamiento que domina su entorno:

Las "retoricas" lo "desbordan," lo que implica una sensación de saturación y agobio ante la cantidad de palabras o discursos que escucha.

Estas retóricas son descritas de manera muy crítica:

   * Están llenas de "ingenuas mezcolanzas" (mezclas bobas o simples).

   * Están "faltas de ingenio" (carentes de originalidad o creatividad).

   * Están "desprovistas / de utilidad y razón" (no sirven para nada práctico ni tienen lógica o sentido profundo).

La Pérdida de Sentido del Tiempo

Finalmente, el poema conecta esta frustración con la percepción del paso del tiempo:

Esta retórica vacía inunda el "devenir de los días," es decir, el desarrollo o transcurrir de su vida.

 Los días son calificados como "esperados y efímeros." Esto sugiere una dualidad trágica: 

A pesar de la esperanza o la expectativa puestas en ellos, la vida es breve (efímera), y ese breve tiempo se está malgastando o llenando de cosas triviales e inútiles ("mezcolanzas").

En resumen

El poema es un lamento existencial que expresa la dificultad de vivir con propósito y la desesperación ante un mundo lleno de ruido, superficialidad e irracionalidad que impide al individuo encontrar un camino significativo.





Gabriel Celaya (1911-1991) poeta

 

Gabriel Celaya (1911-1991) poeta, comunista, republicano y no neutral, celebramos su centenario el 18 de Marzo de 2011




«Ser poeta es encontrar
en otros la propia vida.
No encerrarse; darse a todos;
ser sin ser melancolía,
y ser también mar y viento,
memoria de las desdichas...»

Gabriel Celaya


BUENOS DÍAS, GABRIEL

Las olas son las olas.
Gabriel Celaya.


Tres poetas en uno / semillero
de tantos más / tu ánima insumisa
se topó con la muerte y su pesquisa
y la puso a cuidar tu invernadero
especialista en empezar de cero
detonaste la bomba de la risa
sin dios sin espejismos y sin prisa
perro viejo / filósofo / ingeniero

fiel a tu gente / a Amparo / y a ti mismo
a pesar de tus ráfagas de triste
te encaraste jovial con el abismo

hombre en medio del mundo y hombre a solas
junto al mar fuiste humilde y escribiste
simplemente / las olas son las olas

Mario Benedetti.
* Publicado en A Celaya, Colectivo Homenaje a Celaya, 1993.

ESPAÑA EN MARCHA

Nosotros somos quien somos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren
como Dios manda a sus muertos.

Ni vivimos del pasado,
ni damos cuerda al recuerdo.
Somos, turbia y fresca, un agua
que atropella sus comienzos.

Somos el ser que se crece.
Somos un río derecho.
Somos el golpe temible
de un corazón no resuelto...

Gabriel Celaya.

Paco Ibañez. España en marcha...clika

ESPAÑA EN MARCHA


Gabriel Celaya, Amparixu Gastón, Rafael Alberti, en Fuente Vaqueros, en el homenaje popular a Federico Garcia Lorca

CANTO A LOS MÍOS ( del libro, Canto en lo mío)

Antes de España, ya estábamos los vascos
trabajando entre las piedras, trabajados
--((aizcora)), ((aitzur)), ((askon)),(( aizto))--1
sufriendo y golpeando
para salvar las formas posibles de la nada,
para ser simplemente frente al inmenso caos,
para llorar espeso como suda la carne,
y alzarnos aún cuadrados,
no por naturaleza sino porque luchando
nos hicimos quienes somos yan sanamente sanos.

Antes de España, ya estábamos los vascos
alzados, siempre alzados...


(1) (( Hacha, azada, flecha, cuchillo)).






Biografía poemas clika 

Mi tiempo (Barcelona 10 de diciembre de 1970)


Mi tiempo (Barcelona 10 de diciembre de 1970)


Tranvía de Barcelona años 60/70 Via Julia-Roquetas 

¡Cuantas mañanas soleadas
he perdido en el olvido!

Ni montes, ni veredas,
ni el viento, ni los pinos.

Tengo los ojos llenos de gentes,
de verlas y verlas, las descuido.
                 Un día y otro día...
...hora... trabajo... tranvía.

¡Más son los días monótonos
que he vivido sin sentido!
...el ruido...el ruido!
Díaz Casares 

Juan Díaz Casares.

El Tiempo se nos va

 

Para qué inquietarse

recuperando nombres,

ni siquiera latitudes.

Todo lo pasado,

dejó sonidos y senderos

cargados de espejismos.


La memoria retiene,

lo que cada día

se tornó en lujuriosas

vivencias sin sentido.

El Tiempo se nos va…

Apenas queda un sueño

cargado de tumultos pasajeros.

Díaz Casares



El poema de Díaz Casares evoca una profunda reflexión sobre la naturaleza efímera del tiempo y la memoria. A través de sus versos, transmite varias ideas y sentimientos:

La inutilidad de aferrarse al pasado:

El poema comienza cuestionando el sentido de recuperar "nombres" y "latitudes", sugiriendo que los detalles concretos del pasado pierden importancia con el tiempo.

La fugacidad de la vida:

La frase "El Tiempo se nos va…" es el eje central del poema, subrayando la sensación de que la vida es transitoria y se escapa constantemente.

La naturaleza selectiva y a veces engañosa de la memoria:

Se menciona que la memoria no guarda todo, sino principalmente "vivencias sin sentido" que en su momento fueron intensas ("lujuriosas"). El pasado se convierte en "sonidos y senderos cargados de espejismos", indicando que lo que recordamos es una versión distorsionada y no la realidad completa.

El sentimiento de vacío y melancolía:

Al final, queda la sensación de que, a pesar de haber vivido intensamente, lo que perdura es apenas un "sueño cargado de tumultos pasajeros". Esto evoca una sensación de melancolía por lo que se ha perdido y la insignificancia de muchas de nuestras vivencias ante el paso del tiempo.

En resumen

El poema evoca **nostalgia, melancolía y una aceptación resignada del carácter efímero de la existencia**, invitando a reflexionar sobre qué es lo que realmente perdura una vez que el tiempo ha pasado.




Ya todo es deambular


Los días pasan.

Ya todo es deambular

por el incisivo razonamiento

de los recuerdos, y es ahí,

donde acechan

los más lejanos quizá,

aquellos de la niñez

que forjaron

el ser personal que uno es.


Pero todo queda

y lo hecho, se revisa

con este desdén complacido

que el tiempo

nos deja y en el, se intuyen

las apetencias lógicas

de la memoria desordenada.

Díaz Casares 



El poema evoca una profunda sensación de **nostalgia y reflexión sobre el paso del tiempo y la construcción de la identidad**. A continuación, se desglosan las ideas principales:


1.La Melancolía del Recuerdo:

El poema comienza con la idea de que la vida, con el tiempo, se convierte en un "deambular por el incisivo razonamiento de los recuerdos". Esto sugiere que el presente está fuertemente influenciado por una revisión constante del pasado, un acto que puede ser tanto doloroso ("incisivo") como sin rumbo ("deambular").

2.La Importancia de la Niñez:

Se enfoca en los recuerdos de la niñez como los cimientos de la personalidad ("aquellos de la niñez que forjaron el ser personal que uno es"). Estos recuerdos, aunque "lejanos", son fundamentales y están siempre presentes ("acechan"), moldeando quiénes somos hoy.

3.La Permanencia del Pasado:

La frase "Pero todo queda" refuerza la idea de que nada se pierde realmente. El pasado no desaparece, sino que permanece para ser examinado.

4.Una Mirada Compleja al Pasado:

El "desdén complacido" es una expresión clave que revela una dualidad. Hay una especie de aceptación resignada y hasta satisfecha de lo que se fue, pero también una distancia crítica. Es como mirar atrás con la sabiduría que da el tiempo, reconociendo tanto los aciertos como los errores sin un arrepentimiento paralizante.

5.La Memoria Desordenada:

Finalmente, el poema concluye que en este proceso de revisión del pasado, la memoria no es lineal ni lógica. Las "apetencias lógicas de la memoria desordenada" sugieren que intentamos encontrarle un sentido o un orden a un cúmulo de recuerdos que, por naturaleza, es caótico y emocional.

En resumen

El poema evoca la introspección de una persona que, al sentir el paso de los días, se sumerge en sus recuerdos, especialmente los de la infancia, para entender cómo estos han definido su identidad. Es una reflexión agridulce sobre cómo el tiempo nos permite reinterpretar nuestro pasado con una mezcla de distancia y aceptación.




La maldad nos domina.


No esperemos 

que la misteriosa fuerza

que nos dejó libres en este

páramo del infinito Cosmos,

nos señale y frene 

la crueldad que ejercemos.

Lleva milenios 

nuestro tránsito terrenal,

patrullando sin tregua 

entre discordias

y al azar del egoísmo

y las migajas, del imperio

de la humana maldad 

que domina.

Díaz Casares 

El virus más peligroso del mundo es LA MALDAD HUMANA...



Análisis de lo que Evoca el Poema

El poema, junto con la imagen que lo acompaña, evoca una profunda sensación de **pesimismo y desolación** sobre la condición humana. A continuación, se desglosan los sentimientos e ideas principales que transmite:

La Maldad como una Enfermedad Incurable:

Al comparar la maldad con "el virus más peligroso", el poema sugiere que es una plaga inherente a la humanidad, más destructiva que cualquier enfermedad biológica. No es un agente externo, sino una parte intrínseca de nuestra naturaleza que nos "domina".

Abandono y Responsabilidad:

El poema nos sitúa en un "páramo del infinito Cosmos", abandonados por una "fuerza misteriosa". Esta idea refuerza que no debemos esperar una intervención divina o externa para salvarnos de nosotros mismos. La responsabilidad de frenar la crueldad recae enteramente en la humanidad, aunque el poema duda de nuestra capacidad para hacerlo.

Un Ciclo Interminable de Conflicto:

La frase "Lleva milenios nuestro tránsito terrenal, patrullando sin tregua entre discordias" evoca la idea de que la historia humana no es una de progreso, sino un ciclo perpetuo de conflictos, egoísmo y luchas por "migajas". La maldad no es un evento aislado, sino el motor constante de nuestra existencia.

Desesperanza y Resignación:

La imagen de la figura esquelética y sedienta junto a un grifo seco es una metáfora visual poderosa. Representa la sed de bondad, compasión o esperanza en un mundo donde la fuente está controlada o agotada por la crueldad de otros. La conclusión del poema, "la humana maldad que domina", no ofrece ninguna solución, dejando al lector con un sentimiento de resignación ante un mal que parece invencible.

En resumen

El poema es una reflexión sombría sobre la naturaleza humana, argumentando que la maldad es una fuerza endémica y dominante que ha definido nuestra historia y de la cual no podemos esperar ser rescatados.



martes, 9 de septiembre de 2025

Dejarme la armonía


Llevaros todo

pero; dejar la palabra

argumentando ideas

o defendiendo metáforas,

utopías

...llevaros todo.

Quedaros el carro de la compra

con esos miles de objetos

amarrados a lo excesivo.


Llevaros todo...

dejar el viejo equilibrio

de la Tierra, sus mares,

montañas, bosques, 

valles y praderas

que asientan el color

de cada día.


Llevaros lo superfluo.

Dejar la armonía

de brazos, palabras

y del Tiempo

en su ciclos y cadencia,

junto a peces y pájaros

que fluyen confluyen

junto a los demás seres,

del mismo y para el mismo

nutriente, la Vida.


Dejarme en armonía.

Me sobra todo

…menos la luz

de cada día.

Díaz Casares 



Este poema de Díaz Casares evoca un profundo sentimiento de **desapego de lo material y un anhelo por volver a lo esencial y natural**.


El autor contrapone la acumulación de "miles de objetos amarrados a lo excesivo" con la permanencia y el valor de la naturaleza y las experiencias humanas fundamentales. Pide que se lleven "todo lo superfluo" para quedarse con lo que realmente importa:


La naturaleza:

"el viejo equilibrio de la Tierra, sus mares, montañas, valles, bosques, praderas".

Las conexiones humanas:

"la armonía de brazos, palabras".

El ritmo de la vida:

"el Tiempo en su ciclos y cadencia, junto a peces y pájaros".

La vida misma:

"Sobra todo… menos la luz de cada día".

En esencia, el poema es una crítica al consumismo y una celebración de la simplicidad, la naturaleza y la armonía existencial. Evoca una sensación de paz que se encuentra al soltar las cargas innecesarias y apreciar la belleza intrínseca del mundo y de la vida.




Los dolores del pasado,

 

Podemos distraernos

con las lágrimas que lubrican

los dolores del pasado,

dejando en los ojos miradas

con asombro contenido

o lanzando palabras

que los labios desconocen

pero; todo depende

del Tiempo, 

fugaz, misterioso

en sus estrictas sentencias.

Díaz Casares 



Qué evoca el poema

El poema, junto a la imagen de un reloj semienterrado en la arena, evoca una profunda reflexión sobre el **paso del tiempo** y su relación con el **dolor y los recuerdos.

La inevitabilidad del tiempo:

La imagen del reloj, un medidor del tiempo, siendo consumido por la arena (como en un reloj de arena gigante) sugiere que el tiempo avanza de forma implacable, enterrando el pasado.

El refugio en el dolor:

Los primeros versos hablan de "distraernos con las lágrimas", lo que sugiere que a veces nos aferramos al sufrimiento pasado como una forma de sentir algo, aunque sea doloroso. Es una manera de no olvidar, pero también de no avanzar.

La impotencia ante el destino:

El poema concluye que, sin importar cómo intentemos lidiar con nuestros recuerdos (con tristeza, asombro o palabras vacías), al final todo está sujeto al "Tiempo". Este es descrito como una fuerza "fugaz" e incontrolable que dicta sus "estrictas sentencias", decidiendo qué sana, qué se olvida y qué perdura.

En resumen

El poema transmite una sensación de melancolía y resignación ante el poder del tiempo para sanar, pero también para dictar el final de todas las cosas, incluidos nuestros dolores más profundos.





Ausencia


Ausencia...
Surge tu nombre 
en la armonía de la tarde 
mientras, yo, desprevenido
en mis regocijos mentales.  

Inevitable la aureola  
de tu silueta
ocupando los espacios
que dejó tu ausencia
pero; en ellos ya,
se agranda el tiempo
en un sinfín 
de laberintos desconsolados.
Díaz Casares 

 


El poema "Ausencia" de Díaz Casares evoca un profundo sentimiento de **nostalgia, soledad y anhelo** por una persona que ya no está. El autor describe cómo el recuerdo de esa persona aparece inesperadamente en su mente, llenando los vacíos que ha dejado su partida.

La obra transmite la dolorosa sensación de que el tiempo se expande y se retuerce en "laberintos de desconsuelos", una metáfora que refleja la confusión y el sufrimiento de vivir sin la presencia del ser amado.





Distancia oscura,


Cuando el silencio

fundió los recuerdos

en su distancia oscura,

un tropel de besos

sin comienzo,

desparramó los días

entre soledades y dudas

...Quedó la incógnita

de aquel momento,

allá, donde los ojos fijaron

su incumplido encuentro.

Díaz Casares 





El poema de Díaz Casares evoca una profunda sensación de **nostalgia, pérdida y anhelo**. A través de sus versos, se puede sentir el peso de un amor o un encuentro que nunca llegó a concretarse del todo, dejando una estela de melancolía y preguntas sin respuesta.
Analicemos las ideas que transmite:

El paso del tiempo y el olvido:
Frases como "Cuando el silencio fundió los recuerdos en su distancia oscura" sugieren que el tiempo ha pasado, debilitando las memorias y dejando solo una sensación lejana de lo que fue.

La intensidad de lo no vivido:
"Un tropel de besos sin comienzo" es una metáfora poderosa que habla de un potencial de amor y pasión que nunca se inició, pero cuya fuerza se siente con la misma intensidad que si hubiera ocurrido.

La soledad y la incertidumbre:
El poema describe cómo esa falta de conclusión "desparramó los días entre soledades y dudas", transmitiendo un sentimiento de vacío y la constante pregunta sobre lo que pudo haber sido.

El momento decisivo y perdido:
El final, "allá, donde los ojos fijaron su incumplido encuentro", cristaliza toda la emoción del poema en una sola imagen: una mirada, una oportunidad, un momento clave que quedó suspendido en el tiempo sin llegar a cumplirse.

En resumen
El poema evoca la melancolía de una promesa rota o un amor no realizado, cuyo recuerdo sigue vivo no por lo que fue, sino por todo lo que pudo haber sido.



lunes, 8 de septiembre de 2025

Ecos agudos

Así como llegan
ciclos de luz
que deslumbran miradas,
entre resplandores que
el espacio encamina
hasta la profundidad
inabarcable del paisaje
...Cargado también está,
de ecos agudos, clamores,
de las muchas maldiciones
a los sufrimientos
que la codicia ajena mantiene.
Díaz Casares


El poema de Díaz Casares, superpuesto a una imagen  arbolada, evoca una profunda dualidad en la experiencia humana y en la percepción del mundo.

Por un lado, el poema habla de **"ciclos de luz que deslumbran miradas"** y **"resplandores que el espacio encamina"**. Estas frases sugieren momentos de claridad, esperanza, belleza y revelación. Evocan la majestuosidad de la naturaleza y los instantes de inspiración que nos llenan de asombro y nos guían hacia una comprensión más profunda de nuestro entorno. La imagen de los árboles, con la luz filtrándose a través de sus hojas, refuerza esta sensación de un paisaje vivo y luminoso.

Sin embargo, el poema da un giro abrupto hacia una realidad más sombría. Declara que el mismo paisaje está **"cargado también... de ecos agudos, clamores, de las muchas maldiciones a los sufrimientos que la codicia ajena mantiene"**. Esta segunda parte evoca sentimientos de:

*   **Dolor y sufrimiento:** Los "ecos agudos" y "clamores" son una metáfora del dolor persistente y las voces de quienes sufren.
*   **Injusticia social:** La causa de este sufrimiento se atribuye directamente a la "codicia ajena", señalando una crítica a la avaricia y la desigualdad que generan opresión y miseria.
*   **Memoria histórica:** El paisaje no es solo un espacio físico, sino un testigo silencioso de la historia y de las luchas humanas que han tenido lugar en él. Los árboles viejos y retorcidos de la imagen pueden simbolizar esta carga histórica y la resistencia a través del tiempo.

En conjunto, el poema evoca un **contraste agudo entre la belleza visible y el sufrimiento oculto**. Nos invita a mirar más allá de la superficie luminosa de la realidad para reconocer las historias de dolor e injusticia que a menudo se ignoran. Es una reflexión sobre cómo la belleza y el sufrimiento coexisten en el mismo espacio, recordándonos que todo paisaje tiene una memoria cargada tanto de luz como de oscuridad.


Retos nuevos

 

Siempre de paso

las secuencias

que vive

el límite humano.

Van llegando

horas que oprimen,

remitiendo lo vivido a

disturbios pasados.

Ellas traen retos nuevos,

marcando sin pausa

que lo hecho queda y

al pasar, nos deja

su huella en las galerías

misteriosas de la mente,

donde adolece, marcando

con su esporádica luz

los recuerdos.

Díaz Casares 



Este poema evoca una profunda reflexión sobre la naturaleza transitoria y cíclica de la vida humana, el paso del tiempo y el impacto duradero de nuestras experiencias en la memoria.

La fugacidad de la vida:

La frase inicial, "Siempre de paso", establece un tono melancólico y reflexivo. Sugiere que la existencia es un viaje efímero, una serie de "secuencias" que vivimos dentro de nuestras limitaciones humanas.

El peso del pasado y los nuevos desafíos:

El poema habla de "horas que oprimen", refiriéndose a momentos difíciles que nos conectan con "disturbios pasados". Sin embargo, estas mismas horas también "traen retos nuevos", lo que implica un ciclo constante de superación y aprendizaje.

La permanencia de la memoria:

A pesar de que las experiencias pasan, dejan una "huella" imborrable. El poema utiliza la metáfora de "las galerías misteriosas de la mente" para describir la memoria, un lugar profundo y complejo donde los recuerdos persisten.

La naturaleza del recuerdo:

Los recuerdos no son constantes, sino que aparecen con una "esporádica luz". A veces duelen ("adolece"), pero también iluminan nuestro presente, marcando lo que fuimos y lo que somos.

En conjunto

El poema transmite una sensación de nostalgia y contemplación. Nos invita a pensar en cómo el pasado, con sus alegrías y dificultades, moldea nuestra identidad y cómo la memoria actúa como un archivo vivo que ilumina nuestro camino de forma intermitente. La imagen de fondo, con su camino descendente hacia un pueblo costero bajo un cielo nublado, refuerza esta atmósfera de introspección y viaje a través del tiempo.




Los impulsos ciegos,

¡Ay!

Si nos vencen

los impulsos ciegos,

nos dejan

resuellos de tormentas

de insidiosas arengas

en la mente, entre ecos

de razones en deriva 


...Pero el tiempo 

retiene intervalos

del pensamiento y es ahí,

cuando la conciencia,

nos alerta de las

precipitadas decisiones.

Díaz Casares

Descripción del Poema

Este poema de Díaz Casares explora el conflicto interno entre la impulsividad y la razón.

Primera parte:

El poema comienza con una exclamación de lamento ("¡Ay!"), que establece un tono de arrepentimiento o dolor. Describe las consecuencias de dejarse llevar por "impulsos ciegos". Estos impulsos dejan un rastro de caos interno, comparado con "resuellos de tormentas" y "ecos" de discursos engañosos ("insidiosas arengas") en la mente. La sensación es de agotamiento y derrota ("alientos rendidos").

Segunda parte:

La segunda estrofa ofrece una reflexión y una solución. Sugiere que hay momentos de calma y claridad ("el Tiempo, se detiene en los intervalos de la razón"). Es en estas pausas donde la "conciencia" tiene la oportunidad de intervenir.

Mensaje central:

El mensaje principal es una advertencia sobre los peligros de actuar de forma precipitada y sin pensar. La conciencia actúa como una guía que, en los momentos de reflexión, nos advierte sobre las malas decisiones tomadas por impulso, permitiéndonos aprender y, con suerte, evitar errores futuros.

En resumen

El poema es una introspección sobre la lucha entre la emoción irracional y el pensamiento consciente, destacando la importancia de la pausa y la reflexión para tomar decisiones acertadas. La imagen de fondo, que muestra la silueta de una persona pensativa contra un atardecer, refuerza visualmente este tema de contemplación y conflicto interno.



La memoria retiene

Para qué inquietarse recuperando nombres, ni siquiera latitudes. Todo lo pasado, dejó sonidos y senderos cargados de espejismos. La memoria ...