Powered By Blogger

martes, 9 de septiembre de 2025

Los dolores del pasado,

 

Podemos distraernos

con las lágrimas que lubrican

los dolores del pasado,

dejando en los ojos miradas

con asombro contenido

o lanzando palabras

que los labios desconocen

pero; todo depende

del Tiempo, 

fugaz, misterioso

en sus estrictas sentencias.

Díaz Casares 



Qué evoca el poema

El poema, junto a la imagen de un reloj semienterrado en la arena, evoca una profunda reflexión sobre el **paso del tiempo** y su relación con el **dolor y los recuerdos.

La inevitabilidad del tiempo:

La imagen del reloj, un medidor del tiempo, siendo consumido por la arena (como en un reloj de arena gigante) sugiere que el tiempo avanza de forma implacable, enterrando el pasado.

El refugio en el dolor:

Los primeros versos hablan de "distraernos con las lágrimas", lo que sugiere que a veces nos aferramos al sufrimiento pasado como una forma de sentir algo, aunque sea doloroso. Es una manera de no olvidar, pero también de no avanzar.

La impotencia ante el destino:

El poema concluye que, sin importar cómo intentemos lidiar con nuestros recuerdos (con tristeza, asombro o palabras vacías), al final todo está sujeto al "Tiempo". Este es descrito como una fuerza "fugaz" e incontrolable que dicta sus "estrictas sentencias", decidiendo qué sana, qué se olvida y qué perdura.

En resumen

El poema transmite una sensación de melancolía y resignación ante el poder del tiempo para sanar, pero también para dictar el final de todas las cosas, incluidos nuestros dolores más profundos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

La memoria retiene

Para qué inquietarse recuperando nombres, ni siquiera latitudes. Todo lo pasado, dejó sonidos y senderos cargados de espejismos. La memoria ...