Mirar las olas del mar,
eternamente precisas.
Constantes en sus vaivenes,
que semejan, diapasones
reordenando arenas,
caracolas y el sinfín de vida
minuscula que arrastran.
¡Respirar sus aromas!
...Pués son, destilación
de la inmensa vitalidad
que albergan los océanos
en sus fondos abismales,
junto a las aguas de los
imprescindibles mares.
Admirar la espléndida
equidistancia del horizonte
que auna,
celestes marinos
y azules celestiales.
Mar y Cielo, prendidos
en la incógnita genética
y los deseos
de dominar y ser,
de la presencia humana.
JDC. Juan Díaz Casares
Cuando el mar no huele a mar
...Como se puede deducir por todo lo anterior, el olor del mar puede variar en composición e intensidad debido a diferencias en los procesos biológicos descritos, a la taxonomía de las algas, el fitoplancton y las bacterias presentes o a factores ambientales, como la intensidad de la luz y la temperatura. Pero en todos estos casos, el mar sigue oliendo agradablemente a mar.
Sin embargo, alteraciones en la calidad del agua provocada por la actividad humana pueden producir desequilibrios en los ecosistemas marinos que alteren, a nuestro perjuicio, el olor del mar. Un ejemplo evidente es el de la llegada a los océanos de grandes cantidades de nutrientes, por el uso desmesurado y creciente de fertilizantes sintéticos en la agricultura. Estos nutrientes provocan el crecimiento descontrolado de macroalgas, como el sargazo, que al morir y ser arrastradas a las costas se descomponen, produciendo un olor fétido, de putrefacción...
https://theconversation.com/el-olor-del-mar-cuando-huele-a-mar-209703
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