He vivido ensoñaciones,
sobre la Luna prendida
de nuestros días de silencio...
He requerido el momento aquel,
que la luz nos interpuso
en la geografía y su tiempo...
Tus ojos quizás, no quisieron
entablar el comienzo;
pero día tras día,
marcaron seguro,
la razón de mi tiempo.
JDC. Juan Díaz Casares
El poema "He vivido ensoñaciones..." de Juan Díaz Casares es una exploración lírica de la memoria, el deseo y la contemplación. A través de imágenes evocadoras y un lenguaje emotivo, el poeta nos sumerge en un mundo de sueños y recuerdos, donde la figura de un ser amado se entrelaza con la luz de la luna y la geografía del tiempo.
Análisis del poema:
* Ensoñaciones y la Luna:
* El poema inicia con la imagen de "ensoñaciones" sobre la "Luna prendida", sugiriendo un estado de ensueño y contemplación. La luna, símbolo de misterio y romance, ilumina los "días de silencio", creando una atmósfera de intimidad y melancolía.
* El Momento y la Luz:
* El poeta anhela un "momento aquel" en el que la "luz nos interpuso / en la geografía y su tiempo". Esta imagen sugiere un encuentro trascendental, un instante fugaz que marcó un antes y un después en la vida del poeta. La "geografía y su tiempo" pueden interpretarse como el espacio y el tiempo compartidos con el ser amado.
* La Mirada y el Comienzo:
* La frase "Tus ojos quizás, no quisieron / entablar el comienzo" revela una sensación de anhelo y quizás de desilusión. La mirada del ser amado, aunque presente, no dio inicio a la relación deseada.
* La Razón del Tiempo:
* "Pero día tras día, / marcaron seguro, / la razón de mi tiempo." A pesar de la falta de un comienzo mutuo, los ojos del ser amado se convierten en la guía del tiempo del poeta, influyendo en el transcurso de su vida.
Interpretación:
El poema explora la naturaleza del recuerdo y el impacto de un encuentro significativo. La figura del ser amado, aunque distante, permanece presente en la memoria del poeta, iluminando sus sueños y dando sentido a su tiempo. La luz, la luna y la mirada se entrelazan para crear una atmósfera de melancolía y anhelo.
En resumen, el poema de Juan Díaz Casares es una bella reflexión sobre el poder de la memoria, el deseo y la influencia de un amor no correspondido.