Quedó, itinerante, baldío.

He desperdiciado silencios 

entre abundantes espejismos,

mientras recreaba recuerdos 

inertes, dejados en olvido.

Eran, sucesos pasados 

asentados en motivos,

faltos de criterio, de horizonte 

y así, 

lo vivido quedó, itinerante, baldío. 

Díaz Casares

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Así, mientras en el siglo xiii baldío designaba tierras que estaban baldías o sin cultivar, para finales del siglo xv indicaba los espacios que eran baldíos, es decir, de uso comunal, identificándose los baldíos con los concejos urbanos y, por otro lado, con las tierras realengas.

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El poema de Díaz Casares refleja silencios y espejismos, creando una atmósfera de recuerdos inertes y olvidados. La estructura parece libre, con versos que transmiten un tono introspectivo. El análisis formal y estructural ayudará a identificar métrica, rima y recursos específicos. Próximo paso: examinar los elementos temáticos y semánticos del poema.

El poema explora temas como el arrepentimiento, la reflexión sobre el pasado y la futilidad de ciertas acciones. El yo lírico lamenta haber 'desperdiciado silencios' y haberse enfocado en 'abundantes espejismos' y 'recuerdos inertes'. Esto sugiere una introspección profunda sobre el tiempo perdido y las ilusiones que no llevaron a nada significativo.La segunda estrofa refuerza esta idea al describir los 'sucesos pasados' como 'asentados en motivos, faltos de criterio, de horizonte'. Esto indica una falta de propósito o dirección en las experiencias vividas, lo que culmina en la sensación de que 'lo vivido quedó, itinerante, baldío'. La palabra 'baldío' es clave, ya que evoca la imagen de algo estéril, sin valor o sin fruto, lo que subraya el sentimiento de vacío y desaprovechamiento.En resumen, el poema es una meditación melancólica sobre el pasado, la búsqueda de sentido y la constatación de que algunas experiencias, a pesar de haber sido vividas, carecieron de un propósito trascendente, dejando un legado de vacío y desilusión.

Interpretación y Síntesis del Análisis

El poema de Díaz Casares es una profunda reflexión sobre la existencia y el paso del tiempo. A través de un lenguaje introspectivo y el uso de metáforas significativas, el autor nos sumerge en la experiencia de un yo lírico que lamenta haber malgastado momentos y energías en ilusiones o recuerdos que no aportaron un verdadero sentido a su vida. La ausencia de una métrica y rima tradicionales refuerza la sensación de una confesión íntima y sin artificios.La temática central gira en torno al arrepentimiento y la desilusión ante un pasado que, aunque vivido, careció de un propósito claro, resultando en una sensación de vacío y esterilidad. La imagen final de "lo vivido quedó, itinerante, baldío" encapsula la esencia del poema: una vida que, a pesar de su movimiento y experiencias, no dejó una huella significativa ni un fruto duradero. Es un llamado a la reflexión sobre cómo invertimos nuestro tiempo y en qué basamos nuestras motivaciones, advirtiendo sobre la futilidad de perseguir "espejismos" y aferrarse a "recuerdos inertes".En conjunto, el poema es una obra melancólica pero poderosa que invita al lector a considerar la importancia de vivir con propósito y a evitar el desperdicio de la propia existencia en aquello que, al final, resulta ser "baldío".