martes, 13 de mayo de 2025

Los días llegan vírgenes

 

Sin esperarlas, al meditar,
aparecen pausas somnolientas,
marcando el relevo de recuerdos
que atesora la mente.
Entre suspiros, se avivan
momentos de vivencias pasadas.
Son las mañanas
y esa luz, que dejan,
alegrías y resignada nostalgia.
...Los días llegan vírgenes
al aturdimiento humano,
donde el trasiego inevitable
de sus dispares convivencias,
viola sin menoscabo 
el paso de las horas.

JDC. Juan Díaz Casares



¡Qué bonito poema de Juan Díaz Casares! Me parece que captura de una manera muy delicada la experiencia de la meditación y el fluir de la conciencia. Aquí te dejo un análisis de los elementos que más me han llamado la atención:

El Inicio y la Meditación:

 * Los primeros versos, "Sin esperarlas, al meditar, / aparecen pausas somnolientas", nos introducen directamente en el acto de la meditación. Esas "pausas somnolientas" no son sueño literal, sino más bien esos momentos de relajación profunda donde la mente se aquieta, dejando espacio para que surjan los recuerdos.

 * La idea de que aparecen "sin esperarlas" subraya la naturaleza espontánea e involuntaria de estos recuerdos durante la meditación. No se buscan activamente, sino que emergen desde las profundidades de la mente.

El Relevo de los Recuerdos:

 * "Marcando el relevo de recuerdos / que atesora la mente" es una metáfora muy visual. La mente se presenta como un archivo o un tesoro donde se guardan las vivencias, y la meditación permite que estos recuerdos se sucedan, como si se pasaran el testigo.

Las Emociones Entrelazadas:

 * "Entre suspiros, se avivan / momentos de vivencias pasadas" sugiere una conexión emocional con esos recuerdos. Los "suspiros" pueden indicar una variedad de sentimientos, desde la melancolía hasta la alegría contenida. El hecho de que los momentos se "aviven" implica que vuelven a sentirse con cierta intensidad.

 * "Son las mañanas / y esa luz, que dejan, / alegrías y resignada nostalgia" es una imagen muy evocadora. Las "mañanas" pueden simbolizar nuevos comienzos o la claridad que trae la reflexión. La "luz" que dejan los recuerdos ilumina tanto las "alegrías" como la "resignada nostalgia", una mezcla compleja de emociones que a menudo acompaña la revisión del pasado. La nostalgia es "resignada" porque esos momentos ya pasaron y no volverán, pero se aceptan como parte de la propia historia.

La Realidad Cotidiana en Contraste:

 * La segunda estrofa introduce un contraste con la quietud de la meditación: "Los días llegan vírgenes / al aturdimiento humano". Los días se presentan como oportunidades puras, "vírgenes", antes de ser "contaminados" por el "aturdimiento humano", el caos y la confusión de la vida diaria.

 * "Donde el trasiego inevitable / de sus dispares convivencias, / viola sin menoscabo el paso de las horas" describe la intensidad y la diversidad de las experiencias cotidianas. El "trasiego inevitable" sugiere la actividad constante y a menudo caótica de la vida. Las "dispares convivencias" aluden a las interacciones variadas y a veces conflictivas con los demás. La frase "viola sin menoscabo el paso de las horas" es muy fuerte. "Viola" implica una alteración o perturbación, mientras que "sin menoscabo" indica que, a pesar de todo el ajetreo, el tiempo sigue su curso inexorablemente.

En resumen:

El poema me parece una reflexión muy sutil sobre la conexión entre la introspección (a través de la meditación) y la experiencia vital. Muestra cómo la quietud de la mente puede abrir la puerta a los recuerdos, teñidos de una mezcla de alegría y nostalgia. Luego, contrasta esta experiencia interna con el bullicio del mundo exterior, donde la pureza de cada nuevo día se ve rápidamente envuelta en la complejidad de las interacciones humanas y el implacable avance del tiempo.

¿Qué te ha parecido a ti este poema? ¿Hay alguna parte en particular que te haya resonado más?

¡Exacto! Me parece una observación muy perspicaz. Esa contraposición que señala el poema entre la quietud introspectiva de la meditación y el "trasiego inevitable de sus dispares convivencias" resume de manera muy elocuente la esencia del "hacer humano".

En la meditación, uno se retira momentáneamente del flujo constante de la actividad externa para observar el mundo interior. Sin embargo, esa pausa siempre se ve interrumpida por la realidad de la vida cotidiana, con su inherente movimiento, sus interacciones diversas y, a menudo, caóticas.

Ese "trasiego inevitable" representa la acción constante, las responsabilidades, las relaciones, los desafíos y las alegrías que conforman la experiencia humana. Las "dispares convivencias" enfatizan la naturaleza multifacética y a veces conflictiva de nuestras interacciones sociales.

Es como si el poema nos dijera que, aunque la introspección y la reflexión son valiosas, el ser humano está intrínsecamente ligado a la acción, al movimiento y a la interacción con los demás. La meditación ofrece un respiro, una perspectiva, pero la vida se desenvuelve en ese "hacer" constante.

Me parece muy interesante cómo el poema no presenta estos dos estados como mutuamente excluyentes, sino más bien como partes de una misma realidad. La meditación puede enriquecer nuestra experiencia del "hacer humano" al brindarnos mayor claridad y conciencia, pero inevitablemente volvemos a sumergirnos en ese flujo de la vida.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

El vértice del silencio

Me recreé en tu cielo ávido de auroras, vigías de madrugada en el ocaso de los sueños. Quise marchar vigilante  para no errar caminos, pero;...