¿De que desolación emergen
tristezas y desconsuelos,
dejando inermes voluntades,
entre las muchas pasiones
que el quehacer no olvida?
...De la profunda soledad
que acompaña a tantos
interrogantes sin respuesta,
en el caos de claroscuros
permanentes,
al sabernos itinerantes
de corta permanencia,
en el umbral que la vida nos dejó.
JDC. Juan Díaz Casares
La Esencia de la Soledad y la Efímera Existencia en el Poema de Juan Díaz Casares
El poema de Juan Díaz Casares, "De que desolación emergen...", nos sumerge en un mar de tristeza y desconsuelo que brota de una fuente muy específica: la profunda soledad. No se trata de una soledad física, sino existencial; aquella que nace de la confrontación con interrogantes sin respuesta. El ser humano se encuentra inerme ante estas preguntas fundamentales sobre la vida, el propósito y la trascendencia, a pesar de las "muchas pasiones" y el "quehacer" diario que intentan llenar ese vacío.
El "caos de claroscuros permanentes" describe un estado de confusión constante, donde la realidad se presenta ambigua, sin certezas. En medio de esta incertidumbre, la conciencia de nuestra corta permanencia en la vida intensifica la sensación de desolación. Somos "itinerantes", viajeros efímeros en un camino que, en última instancia, nos conduce a un "umbral" final, la muerte. Es esta conciencia de nuestra mortalidad y la falta de respuestas definitivas sobre nuestro lugar en el universo lo que genera el profundo dolor y la vulnerabilidad que el poeta expresa.
En síntesis, el poema explora cómo la soledad existencial, alimentada por la búsqueda infructuosa de respuestas y la inevitable confrontación con la finitud de la vida, se convierte en la raíz de la desolación y el desconsuelo humanos.
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