Se desvanece el tiempo
en la espera sin rumbo
de razones para amar,
aún así, al filo de tu nombre
prendido de heridas, avanza,
llévame a tu compás,
ábreme las galerías
del silencio compartido
entre cuerpos sin reproches
en noches desveladas.
Tiempo ido, resignado
a la espera de un corazón huido,
deja que avance hacia la luz
que adivino, que viva y confluya
el amor sin condiciones
deponiendo lo mísero y mezquino,
avanza tiempo, aférrame al destino.
Díaz Casares
Analizando el poema de Díaz Casares, la interpretación se inclina fuertemente hacia los temas del **amor y la desesperación**.
El poema describe una espera dolorosa y "sin rumbo" por un amor que parece ausente o perdido ("a la espera de un corazón huido"). Esta espera está marcada por el sufrimiento, como se refleja en frases como "prendido de heridas".
A la vez, existe un anhelo profundo de conexión y de un amor idealizado. El autor pide ser llevado a "las galerías del silencio compartido" y anhela un "amor sin condiciones", que esté libre de "lo mísero lo mezquino".
Por lo tanto, el poema se mueve entre la desesperación de la espera y la herida, y la esperanza persistente de alcanzar un amor pleno y luminoso. Es un reflejo de la dualidad de sentirse roto por la ausencia, pero al mismo tiempo, aferrarse al destino con la esperanza de que ese amor se concrete.



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