Deja el viento

Deja el viento,
aromas de
furtivas constancias
en las miradas del tiempo
y un son
de convulsas horas,
se reservan
por si acaso
cesan los ruidos,
los lamentos,
y la tortura insomne
a la idea y al verbo.
...Mientras tanto
surgen voces y anhelos
expuestos
a un futuro incierto.
Díaz Casares
El poema de Díaz Casares evoca una sensación de melancolía, nostalgia y anhelo en medio de la incertidumbre. Analicemos sus partes:
"Deja el viento, aromas de furtivas constancias en las miradas del tiempo.":
Esta primera estrofa sugiere recuerdos y momentos fugaces que persisten a pesar del paso del tiempo, como un aroma que trae el viento. Evoca la nostalgia por lo que fue y la permanencia de ciertas esencias a través de la memoria.
"Cuando un son de convulsas horas, se reservan por si acaso cesan los ruidos, los lamentos, y la tortura insomne a la idea y al verbo.":
Aquí, el poema habla de guardar silencio y esperanza en tiempos difíciles ("convulsas horas"). Se anhela un momento de paz donde el sufrimiento ("lamentos", "tortura insomne") finalmente termine, permitiendo que las ideas y las palabras fluyan libremente sin dolor.
"...Mientras tanto surgen voces y anhelos expuestos a un futuro incierto.":
Esta conclusión resume el sentimiento principal. A pesar de la espera y la dificultad del presente, la esperanza no muere. "Voces y anhelos" (sueños, deseos, aspiraciones) continúan surgiendo, aunque se enfrenten a un destino desconocido y potencialmente adverso.
En resumen
El poema evoca:
- **Nostalgia** por el pasado.
- **Angustia** por un presente convulso y doloroso.
- **Esperanza y anhelo** de un futuro en paz, aunque este sea incierto.
Es un reflejo de la condición humana frente al tiempo, el dolor y la perseverancia de la esperanza.


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