miércoles, 2 de octubre de 2024

Codicias humanas

Padecemos el agudo alboroto 

de las codicias humanas, 

que dejan penumbras dispersas, 

incertidumbres y rencores,

enquistados en el Tiempo. 

...Vivimos crueles pantomimas 

que sustentan discursos sutiles, 

para enredar la memoria

sobre lo que pasó y pasa, 

dejando sin valores 

el trasiego humano.

JDC. Juan Díaz Casares 



...La condición humana está marcada hoy por la avaricia y la codicia, convertidas en valores por el pensamiento liberal dominante. Su implantación ha dado lugar a la corrupción política, consagrada por las mayorías parlamentarias. Este comportamiento tiene una arquitectura cerebral que las neurociencias podrían explicar y atemperar. Por Javier del Arco (*)...

...Las formas de corrupción varían, pero las más comunes son el uso ilegítimo de información privilegiada, los sobornos, el tráfico de influencias, las extorsiones, los fraudes la malversación, la prevaricación, el caciquismo, el compadreo, la cooptación, el nepotismo, la impunidad y el despotismo. La corrupción facilita a menudo otro tipo de hechos criminales como el narcotráfico, el lavado de dinero, la prostitución, el tráfico de personas, las agresiones al medio ambiente… Ahora bien, la corrupción no se restringe a estos crímenes organizados, y no siempre apoya o protege otros crímenes.
Por ello, en la práctica, en las llamadas democracias avanzadas, con los comportamientos-corruptos próximos al poder, casi nunca pasa nada. Quedan exonerados con lo que se entiende como castigo político. Un castigo que se reduce, normalmente, a «perder el poder», para volver a alcanzarlo cuando las aguas se hayan calmado. Y si se mantienen los cargos después de unas elecciones, la consecuencia es que lo que se hizo, aunque fuera una fechoría, se considerará positivo, ya que el pueblo así lo dictamina...

https://tendencias21.levante-emv.com/la-avaricia-y-la-codicia-arruinan-a-la-condicion-humana_a44617.html


El poema de Juan Díaz Casares describe la realidad del mundo moderno como un lugar donde la codicia y el egoísmo dominan, creando un ambiente de confusión, tristeza y falta de valores.

El poema utiliza un lenguaje fuerte y emotivo para criticar la sociedad actual. Palabras como "alboroto", "penumbras", "incertidumbres", "rencores", "crueles pantomimas" y "enredar la memoria" pintan un cuadro oscuro y desolador.

El poema también habla de la pérdida de valores en la sociedad moderna. La frase "dejando sin valores el trasiego humano" sugiere que las personas se han vuelto indiferentes al sufrimiento de los demás y que han perdido el sentido de la humanidad.

En general, el poema de Juan Díaz Casares es una crítica poderosa y conmovedora de la sociedad moderna. Es un llamado a la reflexión sobre los valores que guían nuestras vidas y sobre el tipo de mundo que estamos creando.



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